Fue casi un siglo después, en 1836, que Antoni Amatller i Costa, nieto del fundador de Chocolate Amatller, toma las riendas de la compañía. Visionario y emprendedor, realiza un viaje por Europa para visitar las fábricas de chocolate más reconocidas y construir la primera fábrica en St. Martí de Provençals, hoy parte del barrio de Poblenou, dotándose de la maquinaria más innovadora de la época e iniciar así el camino hacia el liderazgo en España a finales del S.XIX.
Conocedor del arte y las tendencias artísticas de la época, y gracias a su visión comercial y espíritu inquieto, Antoni Amatller empieza a publicitar Chocolate Amatller a través de carteles y cromos de artistas como Alphonse Mucha, Apel·les Mestres, Alexandre de Riquer, lo que contribuye a la reputación de la marca a nivel nacional.
Con la llegada de la cuarta generación a la dirección de la empresa, Teresa Amatller crea la nueva marca de chocolate Luna. El lanzamiento de ésta supuso un éxito sin precedentes gracias al concurso de carteles celebrado donde se presentaron 600 creatividades. Era en el año 1914.